Muchos cuidadores se sienten inquietos, avergonzados o incómodos cuando observan que los bebés se tocan sus genitales. En ocasiones reaccionan retirando la mano del niño de sus genitales, mencionándole que eso no se hace o indicándole que tocarse los genitales es algo sucio o desagradable. Otras personas suelen encontrar esta situación divertida, hacen bromas o incluso comentarios que no corresponden al desarrollo de la sexualidad de niñas y niños …