Aunque la mayor parte de personas deseamos que nuestros hijos vivan en una sociedad que no los maltrate o discrimine, buena parte de niñas y niños tienen escasas oportunidades de educarse con base en los principios de inclusión y no discriminación.
Antes de los dos años, niñas y niños han aprendido muchos aspectos relacionados con la exclusión, por ejemplo, algunos aprenden que los niños pueden acceder a algunos privilegios, pero las niñas no, o que una misma conducta puede ser sancionada en los niños, pero no en las niñas. Estas diferencias van sentando las bases que luego les dificultarán relacionarse en términos de igualdad con otras personas.
Una niña de dos años intenta tomar un balón de fútbol para jugar. Inmediatamente un niño le grita: ¡No! ¡Las niñas no juegan fútbol!
¿Cómo promueves la inclusión en la educación de niñas y niños menores de dos años?
La capacidad de discriminar o diferenciar una cosa de otra es una habilidad del ser humano que se desarrolla muy rápidamente. Hoy sabemos que antes de los ocho meses de edad los bebés son capaces de diferenciar los rostros y las voces de hombres y mujeres a partir de algunas de las características que suelen ser más comunes en un sexo, por ejemplo, el tono de la voz. Esta capacidad de establecer diferencias nos facilita conocer y organizar el mundo que nos rodea, sin embargo, al igual que sucede con otras habilidades que poseemos puede convertirse en una limitación que nos lleva a conclusiones equivocadas cuando no contamos con suficiente información.
Si deseas empezar a promover antes de los dos años un mundo más incluyente, hay muchas estrategias que pueden contribuir a lograrlo. A continuación, te comparto algunas incluidas en mi investigación doctoral, la cual puedes encontrar en la sección Para saber más. Recuerda que, aunque son muy sencillas de llevar a cabo, no todos los niños y las niñas tienen la oportunidad de experimentarlas. Antes de los dos años de edad puedes: a) ofrecer múltiples oportunidades a niñas y niños de observar rostros de hombres y de mujeres (y compartir con personas) con diversos colores y texturas de piel, diferentes tonos de voz, diferentes atuendos, diferentes características físicas o diferentes condiciones; b) Puedes jugar, cantar o leer cuentos utilizando diversos tonos de voz; c) Puedes utilizar palabras que describan positivamente a niñas y niños independientemente de su sexo, su color de piel, su condición de discapacidad o cualquier otra condición. Por ejemplo, ¡Eres muy fuerte! “Eres muy dulce” “Eres muy inteligente”; d) puedes ofrecer oportunidades de observar a una misma persona realizando actividades muy diferentes, por ejemplo, una mujer que disfruta cocinar y también le gusta reparar las conexiones eléctricas que se dañan; e) ¡Y lo más importante! No olvides ofrecer a niñas y niños la oportunidad de realizar las mismas actividades. Estas sencillas experiencias contribuyen a aprender que el mundo es más diverso de lo que imaginamos y que las personas más diversas son más parecidas de lo que creemos.
¿Deseas saber más? Te sugiero estar muy pendiente de nuestro próximo post. Si deseas información sobre algún tema en particular puedes escribirme a través de la sección Contáctame.